Poesia Lirica
martes, 18 de septiembre de 2012
Poesia lirica
Poesía Lírica
La poesía lírica se caracteriza por la expresión de sentimientos mediante la palabra, ya sea escrita u oral. El poeta lírico presenta su visión de la realidad, sin pretensión de objetividad. Aunque suele estar asociada a los temas amorosos, la poesía lírica no se agota en el amor, sino que incluye cualquier tipo de expresión emocional.

Cabe destacar que la forma más habitual de la lírica es el verso, aunque también hay autores que cultivaron la prosa poética. Por lo general, los tiempos verbales (presente, pasado y futuro ) se alternan a lo largo de los versos.
El género lírico más usual es la oda con sus distintas formas, como la cantata, el cántico, el ditirambo y el himno. De todas formas, la concepción más amplia del término también incluye a la canción, el soneto, la elegía, la balada y a las obras de teatro cantadas, como la ópera.
La poesía lírica se caracteriza por presentar a un objeto lírico (un ente o situación que despierta los sentimientos del poeta), al cual el hablante lírico dedica sus versos. También aparecen el motivo lírico (el tema de la obra) y laactitud lírica (enunciativa, carmín o apelativa, según la forma adoptada por el hablante lírico).
Entre otras características de la poesía lírica, puede mencionarse su brevedad(por lo general, estos poemas no superan los cien versos), la gran cantidad de elementos simbólicos e imágenes, y la predominancia de la primera persona (no debe confundirse al yo del poema con el autor, ya que la poesía puede ser sólo un ejercicio estético y no un relato autobiográfico).
EJEMPLO DE POESIA LÍRICA
las demás se marcharon, dejándola atrás, al Olimpo.
Se fue la Confianza, gran diosa, se fue de los hombres
la Cordura, y las Gracias, amigo, dejaron la Tierra.
Ya no hay juramentos de fiar entre humanos ni justos,
ni nadie demuestra respeto a los dioses eternos;
se ha extinguido el linaje de hombres piadosos; ahora
ni normas legales conocen ni aún la Piedad.
Mas en tanto uno vive y ve el brillo del sol,
conserve piadoso su fe en la divina Esperanza,
rece a los dioses y, al ofrecerles los grasientos muslos,
en sus sacrificios invoque, al comienzo y al fin, la Esperanza.
Guárdese siempre del torvo discurso de hombres injustos
que, sin recelo ninguno del ser de los dioses eternos,
de continuo a los bienes ajenos su vista dirigen,
y establecen infames apaños con ruines propósitos.
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